Mi Mal Humor

domingo, 9 de mayo de 2010

 




Hay días que tu humor puede cambiar como cambia un semáforo de un color a otro. El viernes todo el día fue una maravilla; pero ya en la noche se me barajó una cita que tenía y eso me puso de mal humor, sin embargo unos minutos después ya la cosa iba cambiando un amigo me invito al teatro, le pregunte que si solo él y yo, me respondió que no; volví a preguntar que quienes más iban a ir y el solo dijo espera y veras.

Ya en el teatro veo que se acercan dos hermosas jóvenes, una de ellas yo ya la conocía era la novia de mi amigo pero la otra “era otra cosa” estaba buenísima: piernas largas y bien torneadas, un vestido muy cortos y provocativos apenas cubriendo un culo perfecto y voluptuoso, hermosas tetas, cuello largo y una cara entre inocente y perversa, de grandes ojos y labios llenos.

Una verdadera belleza, de esas que saben muy bien cómo usar sus dotes, y como presentarse en el mejor ángulo posible para resaltar aún más sus encantos. Cualquier hombre, yo incluido, perdería la cabeza en un santiamén por una mujer así. Y para mi suerte era la cita que me había conseguido mi amigo.

Si así como lo leen todo había sido planeado. Mi amigo tenía casi una semana diciéndome que me veía muy recuperado de la ruptura con mi ex y que ya era hora de que comenzará a salir con algunas chicas y yo siempre le decía que no; pues mayor fue mi asombro cuando la joven me saludo y dijo – que bueno que aceptaste salir conmigo – bueno ahí se me inflo un poco el ego y le dije que para mí era un placer conocerla.

Aunque yo no lo podía creer era cierto algo que una amiga me dijo un mes antes – si continuas con esa actitud ninguna mujer se te resistirá – y yo solo respondí. Eso es mentira pues la que amo se me resiste – eso es porque ella sigue viendo lo que eras no lo que eres – puede ser que tengas razón ahora soy más sociable, no soy un galán ni un Don Juan ni mucho menos, pero tengo sentido del humor, soy bastante espontáneo y en fin soy más divertido que antes.

Con la obra de teatro nos divertimos bastante y la pase muy bien en compañía de mi cita a ciegas al final me toco llevara a cada uno a sus respectivas casas y mi cita fue la última, en el camino ya solos le pregunte que porque eligió salir conmigo; y ella me comento que me había visto una semana atrás en una fiesta y que le gustó mucho mi espontaneidad, lo gracioso que soy y lo lindo que me veía vestido de negro. En ese momento descubrí que la teoría de mi amiga era cierta.

Y diez minutos más tarde descubrí que ella y yo no teníamos nada en común y que yo volver a ver una mujer “hermosa e inteligente” frente a mí era como querer ver la llegada de otro siglo y en ese momento volví a ponerme de mal humor.

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